En el proceso de adquisición de segundas lenguas (L2), es muy importante potenciar nuestra fluidez a la hora de comunicarnos con otros hablantes. Una buena forma de hacerlo es incorporando el lenguaje formulaico de la L2 a nuestro discurso. Ahora bien, ¿en qué consiste esta estrategia?
De acuerdo con la definición que de ellas nos brinda Alison Wray, las secuencias formulaicas (en adelante, chunks) son «estructuras prefabricadas» que el hablante tiene almacenadas en su memoria como un todo y que utiliza, por decirlo de algún modo, irreflexivamente. Lo que se pretende dar a entender con esto es que su uso no responde a la aplicación consciente de unas reglas determinadas sobre unidades léxicas discretas, sino que dichas estructuras (chunks) representan una suerte de combinación-comodín que el emisor ha asimilado y puede insertar en su discurso de forma natural gracias a la repetición social de aquellas (dos claros ejemplos los encontramos en muletillas como «¿sabes lo que te quiero decir?» y colocaciones del tipo «albergo la esperanza»).
En consecuencia, podemos afirmar que se trata de recursos muy socorridos para el hablante de L2, ya que, por un lado, dado su carácter convencional, contribuyen a acercar el discurso del aprendiente al paradigma nativo y, por el otro, le permiten ganar tiempo mientras elabora las siguientes oraciones de su producción, de modo que esta acaba resultando mucho más sofisticada. Otra ventaja de la adquisición de estas secuencias radica en su enorme productividad como modelo: el estudiante, en algún momento de su proceso de aprendizaje, se servirá de ellas para deducir otras estructuras posibles, llevando a cabo análisis sintácticos y lanzando hipótesis acerca de su funcionamiento y construcción. Parece lógico concluir, pues, que el papel que desempeñan es temporal.
Sin embargo -y como vemos en el cómic de Pedro Vera-, precisamente porque surgen de repeticiones ritualizadas, muchos chunks están preñados de connotaciones (de género, de registro -«qué fuerte, tía»-, de clase social, de personalidad, etc.) con las que debemos lograr que el alumno esté familiarizado. Por lo tanto, en sus clases, el profesor de E/LE tendrá que seleccionar un input adecuado para dicho menester y hacer hincapié en este tipo de fórmulas, presentándolas y practicándolas siempre en su contexto de uso, y reparando en el carácter machacón y la falta de estilo en que deriva el empleo excesivo de algunas de sus vertientes.
Algunos chunks en español
Además de los que ya hemos aducido al comienzo de esta entrada (así como de los que nos hemos servido, sin darnos cuenta, en el decurso de sus líneas -«hacer hincapié», «en el decurso de [estas páginas]»…-), aquí tenemos una lista con ejemplos variopintos de secuencias formulaicas en español, que incluyen combinaciones con significado léxico, combinaciones gramaticales, marcadores del discurso, esquemas léxico-sintácticos recurrentes y rutinas conversacionales:
- negar categóricamente, desear ardientemente
- poder adquisitivo, destino turístico, tema candente
- a las mil maravillas
- una verdad como un templo
- alguno que otro, todo el mundo
- lo interesante es que
- hacer la pelota, llevar la contraria, poner de manifiesto
- a largo plazo
- encantado de conocerle
- tener que, deber de
- tomar la iniciativa, estallar la guerra
- de vez en cuando, por un lado / por otro lado
- fresco como una rosa
- …
Como veis, la lista es extensísima; no en vano los enfoques conductistas creyeron durante tanto tiempo que las lenguas se podían aprender únicamente por imitación. Aun así, hemos constatado e insistimos en que cada chunk se asocia a contextos de uso precisos que es capital tener presentes para no incurrir en fallos comunicativos.
¿Qué hay de vosotros? ¿Cuáles son vuestras secuencias formulaicas favoritas? ¡Podéis dejármelo escrito en los comentarios!
¡Y con esto y un bizcocho… hasta mañana a las ocho!
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