Los pasados 21 y 22 de diciembre tuve la oportunidad de participar, en calidad de estudiante del Máster de Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera coordinado por la Universidad de Barcelona y la Universidad Pompeu Fabra, por un lado, y de becaria en la editorial Difusión (Centro de Investigación y Publicaciones de Idiomas), por el otro, en la organización y realización del XXVII Encuentro práctico de profesores de ELE en Barcelona. Tratándose del mayor evento de formación de sus características en Europa, en él se ofrecen a los asistentes conferencias, talleres y experiencias prácticas interactivos, ejecutados por voces con amplia experiencia y reconocimiento en el campo de la enseñanza de segundas lenguas, como, por ejemplo, Neus Figueras (de quien he tenido el placer de ser alumna), José Plácido Ruiz Campillo o Francisco Herrera.
En lo personal, tenía muchas ganas de vivir ese momento, ya que el año pasado una gripe muy oportuna -como todas- me lo impidió. Así pues, hoy os vengo a explicar cómo transcurrieron para mí, una joven Padawan que apenas está iniciando su incursión en la Orden del ELE, estas dos jornadas: a qué conferencias asistí, qué talleres y experiencias prácticas escogí y por qué, qué cosas aprendí en ellos, a quién pude conocer a lo largo del (re)encuentro, si mis expectativas se vieron satisfechas, etc.
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Conferencias
El viernes 21 se dedicó principalmente a las conferencias. Dado que estuve ocupada repartiendo acreditaciones y la documentación necesaria para el Encuentro, así como dando la bienvenida a los asistentes, me perdí el comienzo de la primera, El CEFR Companion Volume: breve descripción y posible impacto en docencia y evaluación, impartida por Neus Figueras. En ella, la ponente discutía de forma crítica el proyecto que el Consejo de Europa presentó para enriquecer el MCER, quince años después de su publicación en el 2001, con nuevos descriptores y escalas (entre los que ella destacó las escalas de mediación y para la competencia plurilingüe y pluricultural). Juzgué muy acertado que la conferencia no se limitara a ser magistral, sino que incitara a la reflexión, por parte del público, acerca de la aplicabilidad de dichas escalas en docencia y evaluación.
Tras una breve pausa -no sé si estudiada- para tomar café y saludar al resto de asistentes, tuvo lugar la segunda conferencia del día, en esta ocasión de la mano de Fernando Trujillo: Socialización en el aula de ELE: ocupando el espacio entre Facebook y la cafetería, cuyo objetivo era meditar acerca de cómo el docente puede contribuir a la «socialización más rica, profunda y variada» de sus pupilos -y, consiguientemente, al mejor desarrollo de su competencia comunicativa- a través del aprendizaje del español. A esto siguió un speed dating ¡para unas 500 personas!, ideado por una de las coordinadoras pedagógicas del evento, Begoña Montmany (de quien también he tenido el placer de ser alumna), con el fin de dar la posibilidad a los profesores que participaban del Encuentro de poner sus proyectos profesionales en común y darse feedback u oportunidades laborales mutuamente.
Hicimos otra pausa para la -debo decir NEFASTA- comida y, por fin, José Plácido Ruiz Campillo nos obsequió a todos con una conferencia increíble: Do the math: por qué es atractiva la gramática-ficción de Gramatrix y cómo salir, en la que el ponente, a través de una analogía con la famosa trilogía, hablaba de los sesgos cognitivos que determinan qué mecanismos de comunicación y contenidos gramaticales decidimos enseñar a nuestros alumnos, para brindar seguidamente estrategias de cuestionamiento. A continuación estaba programado un clásico de los Encuentros, El Sofá del ELE, esto es, un debate entre eminencias del campo; sin embargo, debido al fallecimiento de Albert Costa, que iba a participar en él, este quedó cancelado y se invirtió ese tiempo en rendirle un pequeño homenaje a aquel. Por último, se hizo entrega del Premio International House a la carrera académica de español y se celebraron los 30 años de funcionamiento que cumplía la editorial Difusión.
Talleres y experiencias prácticas
El segundo día del Encuentro fue el que más disfruté, pues era el que ofrecía todos los talleres y experiencias prácticas; en total, dada la distribución de horarios, se podía asistir a tres de los primeros y a una de las segundas. Os voy a hacer un breve resumen de los que elegí yo.
PRIMER TALLER: Actividades para la integración de alumnos invidentes en el aula de ELE, por María José Menéndez
Este fue, sin duda, el taller que más me gustó. En él, María José Mendéndez, del Instituto Cervantes de Tetuán, nos explicó su propia experiencia como profesora de español de un grupo mixto de alumnos videntes e invidentes, y compartió con nosotros consejos y algunas de las actividades que mejor le habían funcionado. Una de las cosas que más me fascinó fue su punto de partida, ya que tenía que integrar a ambos tipos de estudiante en una misma clase. Esto se traducía en que, a la hora de enfrentar esta circunstancia, por ejemplo, se viera obligada a renunciar a los manuales, ya que ocasionaban frustración a todos por el mayor tiempo que requería la lectura de los adaptados al braille frente a los originales. Así pues, se devanó los sesos en pensar en tareas que quitasen el peso visual que supone la hegemonía de las imágenes y se centrasen más en los otros sentidos: juegos con sonidos cotidianos, olores, texturas… El resultado fueron actividades cooperativas preciosas que tanto unos como otros pueden disfrutar y que, en especial los videntes, encontrarán novedosas e interesantes. No soy muy dada a los halagos, pero lo cierto es que salí muy inspirada de esa sesión.
SEGUNDO TALLER: Las cibercomunidades de aprendizaje (cCA): una ELEcción a considerar, por Iñaki Murua
A pesar de que este taller también era muy interesante, siento que me aportó algo menos que el anterior, posiblemente porque estaba más familiarizada con el tema por mi colaboración con el grupo DIDAL_UB. A veces me da la sensación de que hay un componente, no sé si personal o generacional, que me distancia de la percepción como innovación que suscita la teorización sobre el tratamiento didáctico de las TIC, lo que no es óbice para que descubriera algunos ejemplos de cCA nuevos que me serán de utilidad a la hora de continuar formándome y disfrutara de las simpáticas pullas entre Iñaki Murua y Fernando Trujillo.
TERCER TALLER: Vivir (y aprender) en un mundo audiovisual: la necesidad de desarrollar una nueva competencia, por Sergio Troitiño
Este taller se hacía cargo de la realidad contraria a la del primero: la proliferación de usos lingüísticos con el soporte de imágenes en movimiento y la consiguiente necesidad de desarrollar una competencia audiovisual (o Audio-visual Reception, como propone la versión actualizada del MCER). Como el anterior, y por la misma razón, me gustó y me dio buenas ideas, pero no me cambió la vida.
EXPERIENCIA PRÁCTICA: Las claves del laberinto: una propuesta gamificada para reflexionar sobre la creación de materiales adecuados a personas refugiadas, por Lola García Barrera, Silvia García Lozano y Patricia Gallego Villar
Junto con el taller de María José Menéndez, esta experiencia práctica fue para mí lo mejor del Encuentro. La gamificación que ofrecían estas profesoras de Accem consistía en adoptar el rol de extranjero en un país inventado, cuya lengua y cultura nos eran completamente ajenas, y someternos a todos los trámites burocráticos que se exige a las personas migrantes y refugiadas cuando llegan a nuestro país. Después, una vez interiorizada la situación, se nos enfrentaba a una serie de materiales didácticos prototípicos y teníamos que juzgar si nos resultaban adecuados o agradables teniendo en cuenta nuestra nueva identidad. Ciertamente, me complació constatar con más gente la banalidad de los temas que se suelen tocar en los materiales mainstream, claramente orientados a un público burgués y muchas veces superficial, que es el que puede permitirse comprar un manual. Con todo, las docentes recalcaron que tampoco es cuestión de mantener una actitud de solemnidad de forma constante, sino simplemente de buscar situaciones con las que las personas migrantes y refugiadas puedan relacionarse de forma sana.
En resumen
En el decurso de estas dos jornadas he aprendido un montón de cosas; me he reencontrado con varias personas, como mis formadoras de IH Barcelona y EF Education First; he conocido a mucha gente nueva, siendo este el caso de las docentes de IH Cádiz o de una profesora que trabaja en una escuela pública en Italia; y también he podido poner cara a los nombres que tantas veces han ido apareciendo a lo largo de las clases del máster: Francisco Herrera, Pedro Gras, José Plácido Ruiz Campillo… Me alegra enormemente que la comunidad ELE sea tan activa y propicie la realización de eventos como este, en los que profesores de todas las partes del mundo se reúnen para compartir y mejorarse los unos a los otros en un ambiente de calidez y compañerismo. Sin lugar a dudas, en el futuro trataré de asistir a tantas ediciones de este y otros encuentros docentes como me sea posible. Aunque, seguramente, a una joven Padawan como yo, su maestro le diría: «No lo intentes. Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes». :-)
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